sábado, 18 de octubre de 2008

Videla, Pinochet, Milosevic, Franco... Ni olvido ni perdón,


La frase "ni olvido ni perdón" pueden sonar muy duras en determinados contextos y para hombres y mujeres de buena voluntad, pero desde el lugar de las víctimas el perdón no debe ser nunca un resultado del olvido. Cuando perdemos a nuestros seres queridos el dolor nos puede llevar a pretender olvidar, pero en el fondo es un olvido que comporta mayor dolor, el de la impotencia y la indignidad.
Por eso solamente poniendonos en el lugar de las víctimas podemos comprender
"NI OLVIDO, NI PERDON"
a quienes no se arrepintieron ni fueron reprobados por el asesinato de inocentes. No hay argumentos que valgan cuando se mata en nombre de ideologías, sean de derecha o de izquierdas. Y aunque se pueda llegar a juzgar ante los tribunales y la justicia internacional, siempre será necesario recordar para que la muerte y el ajusticiamiento de las víctimas inocentes pueda tener un sentido para la sociedad y no se quede en un absurdo para la conciencia de la humanidad.


Quienes venimos de latinoamerica donde sufrimos la barbarie de la doctrina de "Seguridad del estado" programada por la CIA y ejecutado por las dictaduras militares ,nos alegramos de que la "madre patria" haya sido la vanguardia en la recuperación de la memoria de las víctimas y afirmar al derecho a nivel internacional de que los delitos contra la humanidad no prescriben, es decir, no por mucho que pasen los años, deben quedarse sin juzgarlos, sin aclararlos. Pero echabamos en falta que España tambien tuviera el valor de mirar su conciencia, porque en esta querida nación se intentó un olvido que no era olvido, y un perdón que sonaba a arreglo pragmático.


Parece que por fin ha llegado la hora de atreverse a mirar el pasado y recuperar la dignidad. Porque mientras existan víctimas no sólo asesinadas sino condenadas y justificado legalmente su asesinato, no se puede hablar de sociedad común, de nación, de reconciliación. Más aún cuando hijos, madres, hermanos y hermanas, familiares diversos han muerto sin haber podido levantar la cabeza para recordar a sus familiares que fueron víctimas de la atrocidad de la fuerza, ni siquiera pudieron saber donde están, conviertiendo sus tragedias en una injusticia sin solución.
Y la injusticia nos afecta a todos los que formamos parte de la sociedad.


Por fin hoy se ve algo de luz y puede mirarse a un tiempo nuevo, cuando los padres puedan contar con la frente en alto, "tu abuelo o tu bisabuelo murio ejecutado por sus convicciones, por sus prácticas, que eran tan justas y tan respetables como las de cualquier ciudadno". y decir que en este país hubo una guerra que al fin terminó, nadie ganó, todos salimos perdiendo como en toda guerra, pero nadie tendrá que agachar la cabeza sino aquellos que quieren mantener escondida la verdad a cualquier precio, los que quieren seguir siendo complices de atrocidades.



En hora buena, el tiempo de la esperanza será fruto de la justicia.



¡Buenos dias... y Buena suerte!


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