viernes, 3 de octubre de 2008

LLAMAR A LAS CRISIS POR SU NOMBRE


El desastre económico que vivimos fruto de un sistema económico avasallador y destructivo, que hegemoniza la ganancia del capital por encima del trabajo no es una novedad. El debate empezo casi a mediados del sigloXIX, pero los que controlan el poder, han sabido presentarlo a cada momento como un sistema que beneficia a la humanidad y sin el cual no se puede "progresar".
Creo que es el momento de retomar el debate, tal vez si cambiamos el lenguaje e intentamos llamar a las cosas por su nombre, en lugar de asumir el lenguaje impuesto por el sistema, podríamos tener una visión más lúcida de lo que nos está pasando.

Seguramente esta crisis tiene aspectos exteriores nuevos y los escenarios parecen distintos, pero en el fondo es una situación que se viene repitiendo y seguramente loe seguira haciendo. Se volvió a creer a machamartillo en el mercado, limitando al máximo, no ya la intervención del Estado para recuperar un equilibrio siempre precario, sino que se renunció incluso a la regulación estatal que la mundialización hacía por lo demás impracticable. Justo ahora que la crisis financiera ha puesto punto final a toda una época, importa dejar constancia del enorme crecimiento de estos últimos 30 años, alcanzado gracias a una economía desregularizada y globalizada, pero también el alto precio que han pagado los países más pobres y menos competitivos, así como amplios sectores sociales de los países piloto, con salarios reales en descenso que han visto tambalearse su principal baluarte, el Estado social.

Si las mujeres y hombres trabajadores de base pudieran explicarnos con sus palabras en qué consiste esta crisis, seguramente renovariamos radicalmente el diccionario. ¿Nos da miedo hablar de "EXPLOTACION", "ESTAFA", "ROBO DE GUANTE BLANCO"? , no lo sé, Ustedes ¿qué opinan?.

Buenas noches y ... ¡buena suerte!



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