jueves, 29 de enero de 2009

DAVOS: LOS RICOS ANALIZAN LA CRISIS


Globalización, optimismo y libre mercado -hasta rozar el fundamentalismo- han sido las señas de identidad del Foro Económico Mundial durante casi 40 años. Pero las modas cambian. Estos días en Davos se repite una y otra vez el nuevo mantra: "Estado" y "regulación", palabras proscritas en los últimos años que ahora parecen indispensables para salir de la crisis. Una salida incierta, eso sí. La confianza se ha evaporado de la estación de esquí suiza en la que se reúnen ejecutivos, políticos, gurús y banqueros con deseo declarado de arreglar el mundo. La entrada en recesión de la economía española no pasa inadvertida.
Poco representada en la exclusiva cita suiza, casi nadie recuerda ya los últimos 15 años de éxitos de la economía española, que ayer encajó varios ataques directos. España, junto a Italia, Grecia y Portugal, podría "verse forzada" a abandonar el euro si la recesión se prolonga y sigue castigando el empleo, la actividad y las finanzas públicas, aseguró tajante Charles Grant, director del think tank británico Centre for European Reform. La única alternativa, a su juicio, es un recorte seco de salarios y gasto público como el que asumió Alemania tras la reunificación, pero que "difícilmente" ciudadanos y Gobiernos aceptarían.
Grant no fue el único en cargar contra lo que algunos economistas anglosajones llaman, con ironía y a veces una pizca de desprecio, PIGS (acrónimo con las iniciales de los cuatro países en inglés). El financiero y filántropo George Soros disparó también ayer contra esa misma diana. El diferencial entre lo que paga Alemania y lo que pagan España, Italia, Grecia y Portugal por la deuda a 10 años "refleja una debilidad estructural en la construcción del euro" y la falta de una política fiscal común, explicó.

Pero no sólo España sufre ataques en Davos. La Administración estadounidense ha acusado en los últimos días a China de "manipular" su moneda para suavizar la crisis. El gigante asiático crece ahora al 6%, tras avanzar a tasas superiores al 10% durante años. "No es el momento de atacar la moneda china", explicó el presidente de Morgan Stanley en Asia, Stephen Roach.

Pero China estaba en la montaña mágica para defenderse por sí misma. El primer ministro, Wen Jiabao, cargó contra los que dudan de la buena salud de su economía. Después, contraatacó con dardos dirigidos a Occidente: la crónica de la actual recesión es la del "fracaso de la supervisión financiera", dijo. Ni los banqueros ni los propios supervisores discuten ya ese diagnóstico.

Diario: El País

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