martes, 2 de noviembre de 2010

NOBEL DE LA PAZ 2010: LIU XIAOBO "El maestro de la libertad"



Entre rejas. Por sus familiares, así se enterará Liu Xiaobo de que ha sido galardonado con el premio Nobel de la Paz. Todo un reconocimiento a su lucha por la democracia y los derechos humanos en China, pero una bofetada en toda regla al régimen de Pekín. Para su escarnio, sus esfuerzos por modernizar el país gracias a su apertura y crecimiento económico se ven eclipsados por una evidente falta de libertades que lleva a la cárcel a disidentes políticos como Liu Xiaobo.

Nacido el 28 de diciembre de 1955 en Changchun, capital de la provincia de Jilin, fue condenado a once años de prisión durante la pasada Navidad. Su delito: subversión contra el Estado, la vaga y genérica acusación con la que el todavía denominado régimen comunista suele perseguir a todos aquéllos que cuestionan la hegemonía del Partido.
Profesor de Literatura en la Universidad de Pekín, Liu Xiaobo participó en las protestas de los estudiantes que tomaron la plaza de Tiananamen en la primavera de 1989, y que acabaron con un baño de sangre cuando el Ejército las aplastó por la fuerza por orden de Deng Xiaoping, el “Pequeño Timonel” que abrió el país tras la muerte de Mao Zedong en 1976.

Señalado como un “enemigo del Estado” desde entonces, Liu Xiaobo pasó seis años en la cárcel y luego fue confinado bajo arresto domiciliario y sometido a constante vigilancia policial. Tras despistar a los policías que lo custodiaban, concedió una entrevista a un diario occidental, coincidiendo con el aniversario de la matanza de Tiananmen. En aquella charla, mantenida en un discreto salón reservado de una tetería, aseguraba que el movimiento de los universitarios “no fracasó, porque despertó la democracia y la lucha por los derechos civiles en China”.
Impulsor de la «Carta 08»

Embarcado en dicha cruzada, Liu Xiaobo, quien preside el Club Pen de China desde 2003, lideró la redacción de la “Carta 08”, un manifiesto por la democracia que se inspira en la “Carta 77” escrita ese año en Checoslovaquia contra la ocupación soviética. Dicho documento, suscrito a finales de 2008 por 300 intelectuales y apoyado luego por miles de internautas reclamaba 19 medidas como reformar la Constitución de China, llevar a cabo una auténtica separación de poderes para alcanzar la independencia judicial, promover el multipartidismo y las elecciones democráticas a todos los niveles, garantizar los derechos humanos y las libertades de expresión, reunión y religión.




Además de alertar sobre las desigualdades sociales y los graves problemas medioambientales que sufre el país, esta carta abierta abogaba por el diálogo con Taiwán y las etnias minoritarias para avanzar hacia una república federal en China y no se olvidaba de pedir la liberación de los presos políticos y la abolición de los delitos que criminalizan a los disidentes.

Todo un desafío al monopolio político del régimen comunista, que lo arrestó a finales de 2008 y lo condenó a once años de cárcel tres días antes de su cumpleaños el pasado mes de diciembre. De poco le vale allí el millón y medio de dólares con que está dotado el prestigioso Premio Nobel, pero la causa de la democracia en China sí que ha recibido un notable espaldarazo mundial.

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