lunes, 16 de noviembre de 2015

"Bombardear, vengar, matar, ojo por ojo... y ahora quién detiene esto"



Para los que buscamos la paz, la estrategia y las acciones de los gobernantes y las instituciones que nos gobiernan lejos de llevarnos a caminos de paz, nos están llevando a vivir en la violencia y en la guerra total.

Y si decimos algo diferente de las voces oficiales, entonces somos sospechosos y extremistas radicales.
la violencia, la destrucción y las matanzas no sólo se hacen con bombas y kalashnikov, también son sistemas financieros, precios, desaucios,  deuda, venta de armas, enriquecimiento especulativo descontrolado.
Francia mantiene una industria de armamento muy fuerte y todos sabemos que es la industria que más beneficios obtiene en este mundo. Pero esto no se dice.
el radicalismo islamico ya viene de más de una década y la política de occidente no ha hecho más que alimentarlo con sus intervenciones y su política internacional. No creo que tengan la solución y la respuesta adecuada, y esto es muy lamentable y a nuestro pesar, seremos los que sufriremos las consecuencias.
Propongo estas reflexiones de un catedrático de Ciencias políticas:




Primera observación. Una es que las fuerzas que han apoyado con mayor contundencia las movilizaciones en contra de los asesinatos han sido las derechas. En España, El País, bajo la dirección del Sr. Antonio Caño, una persona profundamente conservadora, ha presentado tales manifestaciones como una victoria frente al radicalismo musulmán (ver “La interpretación neoliberal de EEUU que aparece en los medios españoles: el caso el corresponsal de El País en Washington”. El Viejo Topo, diciembre de 2011). La realidad, sin embargo, muestra lo contrario. Dichas movilizaciones, que atemorizaron a la población musulmana en Francia, fueron una gran victoria para los radicales musulmanes, que deseaban el enfrentamiento de las dos comunidades, de manera que ellos pudieran presentarse como los héroes en defensa del Islam. Y así ha ocurrido. Por todas partes en el mundo musulmán ha habido manifestaciones contra Francia y contra el mundo occidental, y a favor de los “mártires”. Y a eso le llaman victoria. En lugar de aislar a los radicales dentro del mundo musulmán, les han dado la oportunidad de presentarlos como sus defensores.


Una segunda observación. Hay pruebas más que suficientes para ver que las posturas defendidas por los establishments europeos sobre el mundo musulmán están profundamente equivocadas. Como bien ha indicado el periodista que, a mi parecer, conoce mejor el mundo musulmán, Patrick Cockburn, hoy el EI y otros movimientos radicales no tendrían la fuerza que tienen si no hubiera sido por las intervenciones occidentales, incluyendo las europeas, en Irak, en Libia y en Siria, intervenciones que crearon, además de un vacío de poder, las condiciones para que estas fuerzas crecieran y se expandieran.

 Vicenç Navarro
Universidad Pompeu Fabra




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