Para los que buscamos la paz, la estrategia y las acciones de los gobernantes y las instituciones que nos gobiernan lejos de llevarnos a caminos de paz, nos están llevando a vivir en la violencia y en la guerra total.
Y si decimos algo diferente de las voces oficiales, entonces somos sospechosos y extremistas radicales.
la violencia, la destrucción y las matanzas no sólo se hacen con bombas y kalashnikov, también son sistemas financieros, precios, desaucios, deuda, venta de armas, enriquecimiento especulativo descontrolado.
Francia mantiene una industria de armamento muy fuerte y todos sabemos que es la industria que más beneficios obtiene en este mundo. Pero esto no se dice.
el radicalismo islamico ya viene de más de una década y la política de occidente no ha hecho más que alimentarlo con sus intervenciones y su política internacional. No creo que tengan la solución y la respuesta adecuada, y esto es muy lamentable y a nuestro pesar, seremos los que sufriremos las consecuencias.
Propongo estas reflexiones de un catedrático de Ciencias políticas:
Primera
observación. Una es que las fuerzas que han apoyado con mayor contundencia las
movilizaciones en contra de los asesinatos han sido las derechas. En España, El
País, bajo la dirección del Sr. Antonio Caño, una persona profundamente
conservadora, ha presentado tales manifestaciones como una victoria frente al
radicalismo musulmán (ver “La interpretación neoliberal de EEUU que aparece en
los medios españoles: el caso el corresponsal de El País en
Washington”. El Viejo Topo, diciembre de 2011). La realidad, sin
embargo, muestra lo contrario. Dichas movilizaciones, que atemorizaron a la
población musulmana en Francia, fueron una gran victoria para los radicales
musulmanes, que deseaban el enfrentamiento de las dos comunidades, de manera
que ellos pudieran presentarse como los héroes en defensa del Islam. Y así ha
ocurrido. Por todas partes en el mundo musulmán ha habido manifestaciones
contra Francia y contra el mundo occidental, y a favor de los “mártires”. Y a
eso le llaman victoria. En lugar de aislar a los radicales dentro del mundo
musulmán, les han dado la oportunidad de presentarlos como sus defensores.
Una
segunda observación. Hay pruebas más que suficientes para ver que las
posturas defendidas por los establishments europeos sobre el mundo musulmán
están profundamente equivocadas. Como bien ha indicado el periodista que, a mi
parecer, conoce mejor el mundo musulmán, Patrick Cockburn, hoy el EI y otros
movimientos radicales no tendrían la fuerza que tienen si no hubiera sido por
las intervenciones occidentales, incluyendo las europeas, en Irak, en Libia y
en Siria, intervenciones que crearon, además de un vacío de poder, las
condiciones para que estas fuerzas crecieran y se expandieran.
Vicenç Navarro
Universidad Pompeu Fabra