En medio de una crisis económica que castiga seriamente a la población, surge en el escenrio político un asunto que si bien tiene su importancia, parece que desvia la atención de las verdaderas necesidades de la sociedad española. Hay muchas agendas ocultas tras esta decisión, no es nada casual la elección del momento. La sociedad civil busca aprovechar la situación para gererar respuestas organizadas, creemos que es una gran oportunidad para avanzar hacia una mayor participación que impida o al menos limite el despotismo y corrupción de parte de la clase política, en gran medida responsable de la situación del pueblo de España.
- Miles de personas se concentran en Barcelona a favor de la República
- La Comunidad Valenciana pide un referéndum por la república.
- Madrid realiza una multitudinaria manifestación.
- El independentismo se moviliza a medio gas a favor de la República.
- El gobierno apoya y facilita la tramitación.
Miles de personas se concentraron ayer en decenas de ciudades
españolas para reclamar la abolición de la Monarquía y la instauración
de la Tercera República por medio de un referéndum. Las protestas,
convocadas en apenas unas horas, principalmente a través de las redes sociales,
movilizaron a una gran parte de la izquierda, que reclamó el cambio
institucional tras la abdicación del Rey. Madrid acogió probablemente la
concentración más numerosa: unas 20.000 personas se congregaron en la
Puerta del Sol y las calles adyacentes, según fuentes policiales.
Mientras, en la plaza de Catalunya, en Barcelona, se reunieron unas 5.000 personas, según la Guardia Urbana.
No es fácil calibrar la magnitud de la movilización, aunque algunos
participantes reconocieron que ciertas manifestaciones del 15-M Acampada
Sol fueron más multitudinarias. Diversos dirigentes políticos de
izquierda en Cataluña apuntaban que habrá nuevas protestas durante la
tramitación de la ley orgánica que consagrará la sucesión.
La convocatoria de Madrid fue realizada por asociaciones políticas y
sociales de izquierda. En la Puerta de Sol abundaron las banderas de
Equo, del PCE y de otras formaciones de izquierda. Hilario Montereo, un
jubilado de 68 años, fue uno de los primeros ciudadanos en llegar tras
enterarse de la cita por televisión. “Vengo a proclamar la Tercera
República. La Monarquía en pleno siglo XXI es anacrónica”, proclamó.
Una joven que leía la edición vespertina de EL PAÍS explicaba: “Estoy aquí porque lo que ha sucedido hoy, la abdicación del Rey Juan Carlos,
es historia”. Y continuaba: “Estoy a favor del referéndum, aunque a
pesar de estar en contra de la Monarquía, estoy más en contra de
nuestros dirigentes. Entiendo que suena raro, pero es así”. Mientras, un
fuerte dispositivo policial rodeaba tanto el Palacio Real como el
Congreso para evitar que los manifestantes se desplazasen hasta allí. Un
grupo de un centenar de manifestantes que se dirigía hacia la Plaza de
Oriente tuvo que regresar a Sol ante el bloqueo policial. La
concentración discurrió sin incidentes.
"Mi padre era republicano y luchó a favor de la República. Lo
metieron en un campo de concentración. Sufrimos mucho. Hoy no podía
faltar", opina Remedios Rodríguez, de 82 años. A la concentración de
Madrid acudieron dirigentes de IU como Cayo Lara, Gaspar Llamazares o
Alberto Garzón, así como el responsable de Equo, Juan López de Uralde.
Pasadas las 23.30, cerca de un millar de personas que seguían en Sol
comenzaron a abandonar el lugar tras celebrar una asamblea en la que
acordaron regresar al día siguiente de nuevo.
En Barcelona,
unas 5.000 personas respondieron a la convocatoria consensuada por
Esquerra, Iniciativa y la CUP. “Aquí tenemos un elemento esperanzador
con el derecho a decidir y en Madrid, donde también se mueven cosas,
tienen la ilusión del cambio de régimen”, señaló un diputado de
izquierdas. La convocatoria dejó una imagen nunca vista: las esteladas
y la bandera tricolor republicana se mezclaron por primera vez, aunque
ganaron por goleada las enseñas independentistas. CiU se desmarcó y no
secundó ninguna de las convocatorias que sucedieron en plazas de
Ayuntamientos de toda Cataluña.
La Asamblea Nacional Catalana, responsable de la movilización de las
dos últimas Diadas, aclaró a sus afiliados que no convocaba. En
Altafulla (Tarragona), el alcalde, de Esquerra Unida, colgó la bandera
republicana. Los militantes ecosocialistas lucían pegatinas verdes con
el lema “Queremos la República”, y Joan Herrera, coordinador general de
Iniciativa, defendió el referéndum: “No dejaremos que nos cambien un Rey
por otro”. En la protesta, participaron las Juventudes Socialistas y el
diputado del PSC Ferran Pedret.
Las concentraciones, en un ambiente festivo, se sucedieron en
Andalucía, Valencia, Galicia, País Vasco o Baleares. En Sevilla, entre
4.500 y 5.000 personas, según fuentes de IU —2.000 según la Policía
Municipal— acudieron a la Plaza Nueva, frente a la sede del
Ayuntamiento. Los manifestantes portaban decenas de banderas
republicanas, andaluzas, alguna del PCE y también de Podemos y corearon
lemas como: “Felipe acelera que viene la tercera”.
En Galicia, hubo protestas en A Coruña y Santiago aunque la cita más
importante tuvo como escenario Vigo, donde se escucharon lemas como “La
Zarzuela, el próximo desahucio”, coreados por unos manifestantes cuya
media de edad rondaba los 30 años. Ourense y Lugo acogieron
concentraciones simultáneas en favor de la República y la independencia.
La Comunidad Valenciana registró manifestaciones en sus principales
ciudades (Valencia, Alicante, Gandia, Dénia, Alcoi, Elche y Castellón).
En Castellón, se sumaron a la protesta dos ediles socialistas: Carme
Oliver y Javier Perís. Cristian y Ángel, dos jóvenes estudiantes de la
Universidad de Alicante, afirmaban: “Queremos decidir y que no nos
impongan nada y menos una monarquía antigua”. En el País Vasco, 3.000
personas respondieron al llamamiento de la izquierda abertzale que
organizó concentraciones en las tres capitales de la comunidad autónoma y
en Pamplona bajo el lema “Independencia” y a favor de una “República
vasca libre”.
El Pais, 2 de Junio 2014
Dicen que el 91% de las Cortes apoyarán la Reforma Constitucional:
Las Cortes culminarán el día 18 de junio el trámite parlamentario de la
sucesión del Rey, según ha explicado Jesús Posada, presidente del
Congreso. A partir de ahí, será la Casa Real la que establezca la fecha
de la coronación de Felipe VI en el hemiciclo en sesión conjunta y
solemne de Congreso de los Diputados y Senado.
Nuevo escenario Político
Mariano Rajoy ha anunciado esta mañana, en declaración institucional, un hecho inédito en la joven democracia de este país: el propósito del Rey Juan Carlos de abdicar
y transmitir la jefatura del Estado a su hijo, el Príncipe de Asturias,
de conformidad con lo previsto en el artículo 57, 1º y 2º de la
Constitución. Fuentes consultadas por este diario, atribuyen al nuevo escenario político español
dibujado tras las elecciones al Parlamento Europeo del pasado 25 de
mayo la decisión de Don Juan Carlos que venía siendo barajada en la
Zarzuela desde hace más de año y medio, como informó El Confidencial el 22 de febrero del pasado año (El Rey baraja ya su abdicación).
Después del accidente del Rey en Botsuana hace poco más de dos años (Historia de cómo la Corona entra en barrena
de 15 de abril de 2012), que motivó una inédita petición de perdón de
Don Juan Carlos y con los avatares del proceso judicial penal que se
sigue contra su yerno, Iñaki Urdangarin, imputado por varios delitos y
en el que podría ser procesada por blanqueo de capitales y delito fiscal
su hija menor, la infanta Doña Cristina, Don Felipe ha venido adquiriendo un protagonismo en el que se ha sostenido la Corona (La Operación Don Felipe, en marcha de 19 de abril de 2012). La misión del heredero ha consistido en suplir -hasta donde constitucionalmente ha sido posible- las ausencias del Rey motivadas por sus recurrentes problemas de salud de los que el Jefe del Estado ha aparecido más recuperado en los últimos meses.
No obstante, la situación del Rey, en términos políticos y sociales, y pese a su esfuerzo y al de su entorno, no ha remontado (Rescatar la Corona,
de 24 de mayo de 2014) como lo demostrarían los sucesivos barómetros de
Centro de Investigaciones Sociológicas. Desde 2011, la institución es
suspendida por los ciudadanos. Entonces alcanzó una calificación del
4,89. La nota bajó en 2013 hasta el 3,68 y apenas repuntó (sólo a un
3,72) en 2014, pese a la mayor actividad institucional del Rey y a su
gran exposición pública con motivo del fallecimiento del ex presidente Suárez
el pasado 23 de marzo y sus viajes a Marruecos, Portugal y países
árabes y su presencia en distintos eventos como la final de la Champions
en Lisboa el pasado 24 de mayo. La Reina y el Príncipe de Asturias, sin embargo, acaparan mayor simpatía y popularidad que Don Juan Carlos
Las
razones que el año pasado parecían aconsejar la abdicación del Rey,
lejos de haberse diluido se han transformado en perentorias debido, por
una parte, a la esterilidad de los esfuerzos de la Zarzuela por mejorar la visibilidad y popularidad del Jefe del Estado,
y, por otra, a la fortísima crisis del sistema político y al deterioro
social por el que atraviesa España, que se ha agudizado con los
resultados de las elecciones europeas del pasado 25 de mayo.
La
permanencia de Don Juan Carlos en la Jefatura del Estado ha venido
sustentándose en el consenso del Partido Popular y del PSOE, pero los
comicios europeos han dejado tocado el bipartidismo (la
suma de ambos partidos no alcanzó el 49% de los votos) y sumido a los
socialistas en una crisis que se ha cobrado ya la pieza del secretario
general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, que cederá su cargo el 20 de
julio en un Congreso extraordinario del partido en el que se prevé que
sean elegidos dirigentes de generaciones sin vinculación vital y
afectiva a la transición y mucho más inclinados a las tradicionales tesis republicanas de la izquierda que conectarían especialmente con los segmentos más jóvenes. El 7 de abril del pasado año, en un macrosondeo de El País, el Rey perdía 32 puntos de aceptación respecto de otro anterior de las mismas características, debido al rechazo de los votantes del PSOE y de los jóvenes.
Los menores de 34 años otorgaban al Jefe del Estado un nota muy
negativa (-41), mientras que el mayor respaldo al monarca se registraba
entre los mayores de 55 años.
Los pésimos resultados del PSOE (23%), muy próximos al desplome, y los muy malos del PP (sólo el 26% de los sufragios), con la emergencia de fuerzas políticas de claro signo republicano
(IU, Podemos y, en menor medida, UPyD), proyectan un legislativo en la
próxima legislatura que podría fragilizar aún más de lo que está la
Corona y a su titular. A estas circunstancias se añade el muy posible
procesamiento de la infanta Doña Cristina en el caso Nóos que podría ser
confirmado por la Audiencia de Palma, lo que supondría sentar en el
banquillo al yerno y la hija del Rey y al secretario de las infantas,
Carlos García Revenga.
Este escenario de inmediato futuro hubiera
alcanzado al monarca en una dinámica de progresiva debilidad -en este
cuadro no hay que olvidar la apuesta independentista de Cataluña
en donde Esquerra Republicana superó en la europeas a CiU
convirtiéndose en la primera fuerza política de la comunidad- que
comprometía a Don Juan Carlos pero también a la institución. De ahí que,
como han apuntado intelectuales como Santos Juliá, “la
transmisión en vida de la Corona puede ser el principio de una
recuperación de confianza bajo su nuevo titular”. La abdicación se
configura así como un movimiento institucional histórico para reforzar la Monarquía parlamentaria
e iniciar una nueva etapa política con la Jefatura del Estado en la
persona de Don Felipe de Borbón, que el pasado 30 de enero cumplió 46
años.
La abdicación del Rey se produce, además, en el contexto en
el que se desenvuelven monarquías parlamentarias europeas como la de
Holanda y Bélgica. En Enero del pasado año, la reina Beatriz renunció en favor de su heredero el príncipe Guillermo (1967), lo mismo que en julio hizo el rey de los belgas, Alberto II
que resignó su cargo en su primogénito Felipe (1960). Ambas monarquías,
así como la británica, han superado en años anteriores fortísimas
crisis que los nuevos titulares de la Corona han logrado eludir
renovando la institución y evitando que prosperasen los pequeños pero
activos grupos que cuestionaban la Monarquía. Lo mismo podría suceder en España
con la abdicación de Don Juan Carlos, que ha culminado uno de los
reinados más largos y fructíferos de nuestra historia y al que la
democracia española le debe su padrinazgo e impulso.
Articulo de José Antonio Zarzalejo, columnista del diario El Confidencial.
Felipe VI será proclamado rey el 18 junio
Felipe VI será proclamado rey de España el próximo 18 de junio ante las Cortes Generales reunidas en el Congreso de los Diputados, según han confirmado fuentes de la Mesa de la Cámara baja.
Este órgano ha admitido a trámite este martes por la tarde el proyecto de ley orgánica que hará efectiva la abdicación del rey Juan Carlos
y que será aprobado, primero por el Congreso el miércoles de la semana
que viene (11 de junio), y después por el Senado, con toda probabilidad
en la víspera de la proclamación.
La Mesa del Congreso ha calificado el proyecto de ley y lo ha elevado
a la Junta de Portavoces para que ponga fecha a su debate en sesión
plenaria, ya que el Gobierno ha pedido que se trámite con urgencia.
El proyecto de ley ha sido aprobado por el Consejo de Ministros a
mediodía y a primera hora de la tarde ya había sido admitido a trámite
en la Mesa del Congreso, cuya reunión semanal se había retrasado unas
horas para dar tiempo a la llegada del texto a la Cámara Baja.
El Gobierno aprueba una ley de artículo único
El Consejo de Ministros ha aprobado este mediodía en reunión extraordinaria la ley orgánica que regulará la abdicación del rey y que ha sido enviada hoy mismo al Parlamento.
El Consejo de Ministros ha aprobado en su reunión extraordinaria de esta mañana un proyecto de ley orgánica
para regular la abdicación del rey Juan Carlos I que cuenta con un
artículo único y una disposición final única para hacer efectiva la
renuncia a la Corona de España. La norma entrará en vigor en el mismo
momento en que se publique en el BOE, han informado fuentes del
Ejecutivo.
En concreto, el proyecto aprobado incluye un artículo único que dice
textualmente: "S. M. el rey Juan Carlos I de Borbón abdica la Corona de
España. La abdicación será efectiva en el momento de entrada en vigor
de la presente ley orgánica". La disposición final única indica que la
entrada en vigor tendrá lugar en el momento de su publicación en el Boletín Oficial del Estado.