La Iglesia como institución humana, a veces muy humana, no está para nada excenta de los avatares políticos y de las malas prácticas que se han instalado en este noble e indispensable campo del quehacer humano. Muchas personalidades eclesiásticas se han visto envueltas en diversos asuntos públicos en muchos casos porque su misión le pide intervenir, en otras oportunidades, por no haber medido las consecuencias de sus actuaciones y también, por pastores con vida poco edificante o ambiciones mundanas; ejemplos los tenemos todos en las mentes, y en algunos países más que en otros, pero lo que quiero señalar es la necesidad de no caer en las trampas políticas interesadas y malintencionadas, el juego político debería no ser tan mezquino como lo es en demasiadas ocasiones.
Con motivo del nombramiento del Papa Francisco,al parecer no muy amigo del actual régimen argentino, todos los seguidores del partido en el gobierno, han querido relacionar al ex arzobispo de Buenos Aires, con la triste y escabrosa dictadura de Videla que tan nefasto legado ha dejado para los argentinos, creo que merece una clarificación para que la calumnia no menoscabe la integridad de la imagen del nuevo pontífice.
EL PREMIO NOBEL DE LA PAZ ACLARA QUE EL EXARZOBISPO, AHORA PAPA NO TUVO NINGUNA COMPLICIDAD CON LA DICTADURA:
El premio Nobel de la Paz defendió al cuestionado exarzobispo de Buenos
Aires Jorge Bergoglio, ahora Papa Francisco, por su rol durante la
última dictadura argentina.
Existen versiones que involucran al ahora Papa
Francisco, Jorge Bergoglio, con la época más oscura de nuestra historia
que tuvo lugar entre 1976 y 1982, mientras era líder de la congregación
jesuita, cargo que ocupó entre el 73 y el 79. Sin embargo, en las
últimas horas, el premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, salió
en su defensa y aseguró que “no fue cómplice de la dictadura”.
Luego
de celebrar la designación del hasta el miércoles Arzobispo de Buenos
Aires como máxima autoridad del Vaticano, aseguró, en declaraciones a la
cadena de noticias británica BBC: “Hubo obispos que fueron cómplices de
la dictadura argentina, pero Bergoglio no”.
“A
Bergoglio se lo cuestiona porque se dice que no hizo lo necesario para
sacar de la prisión a dos sacerdotes, siendo él el superior de la
congregación de los Jesuitas. Pero yo sé personalmente que muchos
obispos pedían a la junta militar la liberación de prisioneros y
sacerdotes y no se les concedía", recordó el premio Nobel.
Tras
el anuncio del Vaticano de la elección de Francisco, hubo referentes
políticos y sociales que cuestionaron a Bergoglio por su supuesto
pasado. Entre ellos, uno de los que más duro lo criticó fue el líder
piquetero, Luis D´Elia que publicó lo siguiente en su cuenta de Twitter:
CITADO
A DECLARAR. El periódico La Jornada en su edición web señala que en
mayo del 2011, el nuevo papa argentino Jorge Bergoglio, fue citado a
declarar como testigo en la causa que juzga a los responsables del plan
sistemático de apropiación de menores hijos de desaparecidos durante la
pasada dictadura militar (1976-1983).
En ese
año Bergoglio declaró en la causa que procesa a los responsables de
crímenes de lesa humanidad cometidos en la Escuela de Mecánica de la
Armada (Esma) y por el caso de un sacerdote sobreviviente que lo señaló
como cómplice de los exdictadores Jorge Rafael Videla y Reynaldo Benito
Bignone, y por no haber impedido su secuestro y tortura.
Sin
embargo, según el diario mexicano al nuevo papa latinoamericano le
faltó informar lo que sabe sobre la apropiación de hijos de
desaparecidos nacidos en cautiverio, después de que Estela de la Cuadra,
hermana de Ana de la Cuadra -cuya madre Alicia fue la primera
presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo- presentó en el tribunal una
serie de cartas que su padre le envió a Bergoglio -cuando este dirigía a
los jesuitas- para que lo ayudara en la búsqueda de su hija
desaparecida y de su nieta.
CUESTIONADO. El
flamante Papa, el argentino Jorge Bergoglio, fue cuestionado por
organismos de Derechos Humanos y citado por la Justicia para declarar
como testigo en causas por crímenes cometidos durante la última
dictadura militar.
Bergoglio recibió
acusaciones de haber "colaborado" con el gobierno de facto de 1976 a
1983, sobre todo luego de prestar declaración en el juicio de la Escuela
Mecánica de la Armada (ESMA) con motivo del secuestro y la tortura de
dos sacerdotes jesuitas en ese predio.
El exarzobispo de Buenos Aires declaró ante el Tribunal Oral Federal 5 porteño, aunque siempre negó las acusaciones.
Bergoglio
era el superior de los jesuitas en la Argentina y en mayo de 1976
retiró la licencia religiosa a los curas Francisco Jalics y Orlandio
Yorio, dos subordinados del excardenal en la Compañía de Jesús y
políticamente más activos que él.
Más tarde,
los dos sacerdotes fueron secuestrados por un grupo de la ESMA, poco
después de perder la protección religiosa, y se los envió a ese predio,
en donde fueron torturados, supuestamente por su militante en defensa de
los derechos de los pobres.
Bergoglio también
fue llamado a declarar como testigo, por petición de la Fiscalía y las
Abuelas de Plaza de Mayo, en el juicio por el plan sistemático de robo
de bebés nacidos en cautiverio durante la dictadura.
El
excadernal fue convocado por la Justicia después de que otra testigo,
Estela de la Cuadra, presentase varias cartas que su padre le había
enviado a Bergoglio para que lo ayudara en la búsqueda de su hija
desaparecida y su nieta.
El nuevo Sumo
Pontífice de la Iglesia Católica también fue citado a declarar como
testigo en el marco de una causa penal abierta en ese país por el
secuestro y posterior asesinato, en 1976, del sacerdote Gabriel
Longueville, de origen francés y cura párroco de la localidad de
Chamical, en La Rioja.
Una denuncia de la madre
del religioso, Marie Therése Abattú, motorizó la investigación:
Longueville y su colega Carlos de Dios Murias fueron secuestrados el 18
de julio de 1976 en la casa parroquial de Chamical por un grupo de
tareas integrado por militares, policías y agentes civiles.
Desde ese lugar, los dos fueron trasladados a la base aérea de Chamical, donde fueron torturados y asesinados
.
El premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel rechazó hoy que Jorge
Bergoglio, nombrado Papa, haya sido "cómplice" de la dictadura militar
argentina.
"Hubo obispos que fueron cómplices de la dictadura pero Bergoglio no", enfatizó Pérez Esquivel, al ser consultado sobre la trayectoria del Santo Padre.
Según el Premio Nobel, "a Bergoglio se le cuestiona porque se dice que no hizo lo necesario para sacar de la prisión a dos sacerdotes, siendo él el superior de la congregación de los Jesuitas".
"Pero yo sé personalmente que muchos obispos pedían a la junta militar la liberación de prisioneros y sacerdotes y no se les concedía", remarcó.
A su vez, la diputada del PRO, Gabriela Michetti, advirtió que "si hay alguien que se preocupó por sus curas jesuitas" durante la dictadura "fue Bergoglio".
La diputada apuntó contra versiones publicadas por el periodista Horacio Verbitsky que cuestionan la actuación del actual Papa durante la dictadura.
"La lectura que le da Verbitsky es exactamente al revés", enfatizó Michetti, quien señaló que en el caso de dos sacerdotes jesuitas detenidos ilegalmente, Bergoglio intercedió para su liberación.
"Hubo obispos que fueron cómplices de la dictadura pero Bergoglio no", enfatizó Pérez Esquivel, al ser consultado sobre la trayectoria del Santo Padre.
Según el Premio Nobel, "a Bergoglio se le cuestiona porque se dice que no hizo lo necesario para sacar de la prisión a dos sacerdotes, siendo él el superior de la congregación de los Jesuitas".
"Pero yo sé personalmente que muchos obispos pedían a la junta militar la liberación de prisioneros y sacerdotes y no se les concedía", remarcó.
A su vez, la diputada del PRO, Gabriela Michetti, advirtió que "si hay alguien que se preocupó por sus curas jesuitas" durante la dictadura "fue Bergoglio".
La diputada apuntó contra versiones publicadas por el periodista Horacio Verbitsky que cuestionan la actuación del actual Papa durante la dictadura.
"La lectura que le da Verbitsky es exactamente al revés", enfatizó Michetti, quien señaló que en el caso de dos sacerdotes jesuitas detenidos ilegalmente, Bergoglio intercedió para su liberación.